Babar llevaba casi 10 años trabajando en la peluquería cuando la DANA arrasó con todo.
Solo quedó un sillón de corte, el mismo en el que, durante los días siguientes, ofreció cortes de pelo gratis en la calle a todo el que quisiera acercarse.
Con la ayuda de familiares y voluntarios, consiguió limpiar el local, pero aún necesita apoyo para salir adelante.
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