La DANA arrasó con la zapatería que Rafa llevaba desde hacía 30 años y que acababa de reformar.
Esa tarde, el agua subió 2 metros y medio, llevándose muebles, mercancía y dejando en pie solo el techo. Rafa y su trabajadora quedaron atrapados dentro. La persiana no se podía abrir porque era eléctrica y la luz se había cortado. Fueron los coches, al empotrarse contra el local, los que destrozaron la persiana y les dieron una salida.
Agarrándose a la fachada, avanzaron como pudieron hasta un coche atascado contra un balcón, que les permitió subir a casa de una vecina y ponerse a salvo.
Rafa todavía no ha podido reabrir, pero su sueño es hacerlo en primavera.
Hasta que pueda abrir allí, hemos abierto su zapatería aquí.
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