Hace tres años, Mar abrió junto con su familia un negocio familiar, una cafetería.
Un lugar diferente que ofrecía algo nuevo al pueblo.
El 29 de octubre, la DANA lo arrasó todo en minutos.
Cuando lograron volver, solo quedaba fango.
El escaparate destrozado, un coche dentro del local, congeladores y maquinaria perdida. No quedó nada.
Hoy, han conseguido reabrir, pero aún necesitan ayuda para recuperar todo lo que perdieron. Por eso lo hemos abierto aquí.
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